Por Bárbara Blass
Afrodita, tu sonrisa hace florecer a los campos, y los colores vibrantes y exuberantes de la primavera surgen a tu paso, mientras caminas junto con tu amor inmortal que sobrevivió a la muerte y que los celos te habían arrebatado.
Diosa de otros antiguos nombres, tu esencia está cargada de los aromas del sándalo, la canela, el clavo y la pimienta, mientras las arenas de los lugares de otros tiempos remotos preceden a tu paso, bendices a la fertilidad de los campos y los animales. Poderosa Astarté, orgullosa de tu dominio y poder militar, Innana gran dama del amor y de la guerra. Todas son una, la antigua caminante de los desiertos que llegó a la región de los olivos y las vides.
Amada Afrodita te invoco con la luna creciente para que la pasión despierte dentro de mí y mi feminidad se manifieste sin ataduras. Soy la bruja que es libre de amar y disfrutar del placer carnal, tu fuego me recorre y me transforma para ser bella con todos tus poderes de seducción y despertar a la diosa dentro de mí, cuya energía asciende como la serpiente sagrada recorriendo el centro de mi cuerpo para coronarse en mi cabeza, estremeciéndolo con su poder, que la explosión del orgasmo, despierte en mí la fuerza imparable de la creación y de la alquimia.
Salve Afrodita, diosa del amor
Salve Afrodita, diosa de la fertilidad
Salve Afrodita, la que nació de la espuma del mar
Recuerda que tenemos una sesión para conectar con la Diosa Afrodita
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