El Gran problema que tenemos en la actualidad, nuestra gran enfermedad es que HEMOS DEJADO DE CREER EN LA MAGIA, hemos dejado de creer en nuestro propio poder.
El papel de las brujas es ayudar al otro a creer en sí mismo. También debemos redespertar la magia y replantear la opinión que tenemos sobre la misma.
Muchas personas cuando llegan a cita conmigo comienzan diciendo: “Yo no creo en eso… pero”, y empiezan con tal o cual experiencia. El gran problema es que todo esto de lo desconocido, de la magia y lo misterioso, se considera parte de la superstición, la cual es una creencia que no tiene fundamento racional y que consiste en atribuir carácter mágico o sobrenatural a determinados sucesos o en pensar que determinados hechos proporcionan buena o mala suerte y esto está muy descalificado por el positivismo, por el enfoque científico rígido. La magia natural, antes tan reconocida, valorada por las antiguas culturas, cayó en el campo de la superchería en la edad media, específicamente en la Santa inquisición cuando Taciano, teólogo cristiano, rechazó este tipo de magia, diciendo que las mujeres sabían de las propiedades de las plantas porque el diablo les susurraba al oído sus cualidades, éste ser maligno les enseñaba los secretos de las plantas. De la mano con Vincent Ferrer quien a principios del siglo XV proclamaba: “Es mejor que tu hijo muera a llevarlo con una hechicera”
Decían: “Las mujeres que curan son hechiceras diabólicas, todo lo hacen mediante demonios”.
La magia amenazaba a las creencias cristianas ya que era un poder alternativo de ayuda contra la adversidad. Desde ahí, las propiedades sutiles de las plantas cayeron en el dominio de la superstición (lo que no puede comprobarse por medios racionales ni físicos) y todo ese conocimiento de las vibraciones sutiles de todo lo que existe, pero no se ve con los ojos mundanos, cayó en el ámbito de la superstición, siendo descalificado este antiguo arte por la iglesia y por la ciencia.
Y si somos partidarios del positivismo y materialismo, entonces deberíamos tener fundamentos más sólidos sobre lo que es real y qué no es. Hay fenómenos que no pueden ser comprobados por medios científicos; sin embargo, existen, tales como el soñar, el amor y la percepción extrasensorial. Al desacreditar tales de la mano de la magia, caemos en la falacia “No existe porque nadie ha demostrado que exista”, que es el argumento por ignorancia, donde también lo contrario es justificado “Sí existe porque nadie ha demostrado que no exista”.
¿La magia funciona?
Claro que funciona, todo el tiempo estamos trabajando con nuestra intención y mandando órdenes al Universo, cuanto más si lo hacemos de una forma metódica.
En el caso de la magia para lograr cambios positivos en nuestra vida. Tal vez no veamos de inmediato los resultados porque no estamos bien enfocados o porque no la hemos hecho bien.
En cuanto a la magia maléfica, cuántas veces hemos escuchado decir que una defensa contra los daños es no temerles, en parte tiene sustento, porque al temerle nos hacemos vulnerables; sin embargo, no es absolutamente infalible; pero sirve para resistir. Aunque cuando se ha hecho brujería por un experto, se requieren defensas con ayuda de alguien competente. Entonces, no sólo basta con no temerle a la brujería, hay que encontrarse en un estado óptimo y además, saber cómo defenderse eficientemente por medios sobrenaturales.
Algunas veces se piensa que la brujería no ha hecho efecto porque se sufren las consecuencias tiempo después, cuando el daño ha tenido fuertes estragos y se torna evidente. En ocasiones el fenómeno se da en cierto periodo en específico, como en una fase lunar; en tal caso, seguramente la persona que está provocando el daño trabaja en ciertas fases de la Luna.
Otra de las situaciones que sobreviene es que tal vez la brujería no afecte de inmediato, sino meses, y hasta años después; no obstante, en el momento en que se está vulnerable, seguro hará su efecto… Conocemos de algunos casos donde la brujería ha hecho su efecto un año después. Por eso se debe saber en qué fase de la Luna, bajo qué signo y si la persona la recibirá en ese momento. Con esto último nos referimos a que todo es perfecto y si se es víctima de un ataque, es porque así debe ser, sólo que el Universo en su infinita sabiduría, reconoce que no en ese momento, y el efecto se mantendrá detenido hasta que sea la ocasión justa, con el fin de tener los aprendizajes correspondientes.
Si la brujería no ha sido hecha por un experto ocultista, puede que el fruto no sea el esperado, o que no cumpla su finalidad en absoluto.
En el caso de que la brujería no haga su efecto, las razones por las cuales esto ha sucedido son:
· La brujería estuvo mal hecha. Es decir, la persona que la ejecutó no tenía el conocimiento, la fuerza o las herramientas para hacerla, tal vez el objetivo no fue claro o no se le dio la intención suficiente y adecuada.
· Se cuenta con unos excelentes guardianes y evitaron el daño. Todos tenemos espíritus guardianes y ellos, en su labor de custodios, desvían el daño. Éste caerá en algo más o regresará a su origen.
Es una gran fortuna que nos encontremos con este tipo de situación de protección.
Algunas veces debemos considerar que la magia no funcionó porque la persona que lo hizo no tiene la suficiente fuerza, no es sacra o no cree en lo que está haciendo.
Si el campo áurico de la persona a la que va dirigido el ataque está bien protegido, fruto del trabajo energético de equilibrio propio y con ayuda de los guardianes, el ataque regresa a su emisor provocándole conflictos en su vida y más perjuicio que beneficio. Es decir, si una persona causante genera odio hacia otra, los demonios que vibran en la frecuencia del odio toman esa energía y se dirigen hacia el causante del sentimiento porque se encontraron con una barrera protectora e impenetrable al dirigirse a su objetivo, el cual deberán cumplir a toda costa.
¿Qué es magia?
La palabra magia viene del griego Magh que es sacerdote o sabio. Del caldeo Maghim que es alta sabiduría. Así, los magos son altos sabios, sacerdotes, conocedores de la alta sabiduría. En términos contemporáneos, la magia es llevar a cabo rituales o prácticas para llevar a cabo transformaciones, como su origen etimológico lo indica, tiene que ver con un conocimiento de alta envergadura, ya que en sus orígenes una persona que sabía magia llevaba a cabo transformaciones internas y a partir de ahí transformaba su entorno, esto con ayuda de la voluntad, como lo define Dion
Fortune “magia es hacer cambios a voluntad”. Magia se define entonces como “El arte o ciencia para generar cambios a voluntad”.
Los magos usan la energía de manera consciente dirigida hacia un objetivo específico. El mago con su simple presencia cambia el entorno. La magia tiene que ver con la transformación de las energías de la naturaleza. Sólo hay un tipo de magia. La magia en sí no es ni buena ni mala, todo depende del uso que se le dé.
A veces magia se entiende como actos de prestidigitación o ilusión de los magos del escenario; otros se refieren a ella como una curiosidad del pensamiento del hombre primitivo; algunos más piensan que tiene que ver con milagros. Sin embargo, para las tradiciones de sabiduría, la magia es una poderosa herramienta para el desarrollo espiritual de hombres y mujeres. Podríamos decir que es "evolución condensada" en el sentido de ser la ciencia y el arte de hacer cosas que parecen extraordinarias con la ayuda de las leyes de la naturaleza para el perfeccionamiento del ser humano.
Los antiguos magos eran gente sabia, sumamente respetada con conocimiento en diferentes ámbitos. Nos encontramos aquí con un choque entre dos palabras cuyo origen es completamente distinto y la concepción que se tiene acerca de las mismas también lo es. La palabra bruja tiene una connotación más negativa que positiva, en cambio, la palabra magia se usa sin tanto temor.
Texto tomado de "Trado de Energías y Defensa Psíquica, Tomo II, Brujerías"
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