Materiales necesarios:
Una vela blanca.
Incienso (opcional, pero recomendado para purificar el espacio).
Sal (preferiblemente sal marina o sal de roca).
Un recipiente con agua.
Una piedra de cuarzo transparente (puede ser un cuarzo cristal o cuarzo ahumado).
Papel y bolígrafo.
Elementos simbólicos de protección (opcional): una figurilla de un animal protector, una medalla religiosa, una foto de un ser querido, etc.
Pasos del ritual:
1.Preparación del espacio:
Enciende la vela blanca y el incienso. Visualiza cómo la llama de la vela y el humo del incienso purifican el espacio y crean una barrera protectora alrededor.
Espolvorea un círculo de sal alrededor del área donde llevarás a cabo el ritual.
2. Centrado y meditación:
Siéntate en posición cómoda junto al recipiente con agua y la piedra de cuarzo en frente de ti.
Cierra los ojos y lleva tu atención a tu respiración. Inhala profundamente y exhala lentamente varias veces hasta sentirte tranquilo y centrado.
Visualiza una luz blanca y brillante que te rodea a ti y a tu hijo, formando un escudo protector.
3. Escritura de intenciones:
Toma el papel y el bolígrafo y escribe en él una breve declaración de intenciones para la protección de tu hijo. Puedes incluir palabras de amor, seguridad y protección.
Dobla el papel y colócalo debajo de la piedra de cuarzo.
4. Activación del escudo de luz:
Toma la piedra de cuarzo en tus manos y visualiza cómo la luz blanca que te rodea se infunde en la piedra, cargándola con energía protectora.
Coloca la piedra en el recipiente con agua y di en voz alta o en tu mente: "Con esta agua cargada de luz, protejo a mi hijo [nombre del niño] de cualquier energía negativa. Que este escudo de luz lo acompañe siempre y lo mantenga seguro y protegido".
Deja la piedra en el recipiente con agua durante unos minutos, permitiendo que se cargue completamente con la energía protectora.
5. Cierre del ritual:
Agradece a las fuerzas protectoras que te hayan acompañado durante el ritual.
Apaga la vela y deja que el incienso se consuma por completo.
Retira el círculo de sal y devuelve la piedra de cuarzo a su lugar habitual, donde pueda seguir protegiendo a tu hijo.
Este ritual puede realizarse con regularidad, especialmente en momentos en que sientas que tu hijo necesita una capa adicional de protección energética.
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